Relato


Etiquetas: , ,

0

-¿Lo tienes?- Me preguntó.
-Si- le dije.
-¿Escuchas los perros?
-Si, se escuchan mas cerca- respondí.

Estábamos los dos parados en una porción de tierra supuestamente firme, se escuchaba un zumbido ensordecedor y los aullidos nos perseguían.

-¿Sientes miedo?- Preguntó con cierta seguridad.

Sonreí, luego miré hacia el frente y comenzamos a correr.

Yo ya estaba cansado, pero debíamos seguir, pues parar no era una opción. De repente comenzamos a sentir una brisa helada, se sentía como una caricia, pero congelaba cada cosa que tocaba.

-Tú sigue- Me dijo.

De pronto, un momento de silencio absoluto, ya habíamos avanzado bastante. Yo me detuve, volteé y no vi nada detrás de nosotros, sólo la oscuridad. Gran también se detuvo, miramos de nuevo hacia adelante y pudimos observar las rocas que tenían franjas blancas pintadas.
-Aquí termina- Dije con cierta tranquilidad.

Pero justo antes de salir de ese lugar sentí un ardor en un brazo, puse la mano sobre él y sentí la herida: un rasguño, cortes profundos. Intenté recordar en qué momento había sucedido esto.
Gran se acercó para revisar la herida, pero en ese momento cayó a la tierra, como si alguien le hubiese empujado, entonces pude ver cómo se formaba en su espalda esa singular herida.

Miré hacia atrás y lo vi. Era el guardián, vestía completamente de negro, simplemente estaba parado y con una mano sujetaba varias cadenas mientras levantaba la otra. Sentía que me miraba directamente a los ojos. De pronto, simplemente cerró el puño de la mano que tenía levantada. Sentí de nuevo ese ardor por toda la cara, comenzó a correr sangre.

Asustado, ayudé a Gran a levantarse mientras intentábamos escapar de ese ser. El dolor se volvió más insoportable y la salida de esa zona parecía alejarse de nosotros. Miré rápidamente y observé cómo él soltó las cadenas y éstas comenzaron a seguirnos rápidamente como serpientes.
Gran cayó de nuevo, tenía una cortada enorme en el brazo derecho, yo pude atravesar las rocas en ese preciso momento, ya afuera lo agarré del brazo, pero antes de lograr sacarlo, una cadena se elevó, de ella apareció una sombra que poco a poco comenzó a tomar forma. Sólo pude ver cómo mordió la pierna de Gran.

-¡Sal de aquí!- Gritó desesperadamente.

Intenté arrastrarlo hacia mi, pero más sombras aparecieron de las cadenas, se formaron 4 perros de un gran tamaño. Eran más fuertes que yo.

-Perdóname- Le dije.

Los perros comenzaron a despedazarlo. El guardián me miró, agarró las cadenas de los perros con una mano y levantó la otra, como antes. Volteé y corrí, sabía que el no podía salir de allí. Intenté correr, pero sentí un golpe en la cabeza. Caí en un charco.

Fue allí cuando me arrepentí de todo esto. Con mis últimas fuerzas me levanté. Herido y débil, miré cómo él se alejaba lentamente, pero se detuvo, pensé que me atacaría de nuevo, pero pasó algo peor. Revisé mi bolsillo, no tenía nada. Sentí cómo se detuvo mi corazón por unos segundos. El guardián recogió la pequeña esfera de la tierra, volteó, me sonrió y desapareció. Yo había perdido.

0 Response to "Relato"

Publicar un comentario